05/Dic/12 09:02
Re: ¿Que nos deja Calderón?
Estimados colegas esta reflaxión me la encontré en un video de youtube hace ya varios años, desconozco el autor pero es muy buena. Espero nos sirva de también a nosotros.
1. Reflexión para todos nosotros, que somos mexicanos
La creencia general anterior fue que Ernesto Zedillo no servía. Actualmente se dice que Vicente Fox no sirvió y que Felipe Calderón tampoco servirá.
Por eso estoy empezando a sospechar que el problema no está en lo ladrón que haya sido Carlos Salinas de Gortari, en la ineptitud de Zedillo o en lo hablador que fue Fox.
El problema está en NOSOTROS. Nosotros como pueblo. Nosotros como “materia prima” de un país.
Porque pertenezco a un país donde la viveza es la moneda que siempre es valorada tanto o más que el dólar.
Un país en donde hacerse rico de la noche a la mañana es virtud más apreciada que formar un patrimonio a largo plazo, basado en valores y respeto a los demás.
Pertenezco a un país en donde, lamentablemente, los periódicos jamás se podrán vender como se venden en otros países, es decir, poniendo unas cajas en las aceras donde uno paga por un solo ejemplar y saca sólo un periódico, dejando los demás donde están.
Pertenezco a un país en donde las empresas privadas y Secretarías de Estado son papelerías particulares de sus empleados deshonestos, que se llevan para su casa, como si tal cosa, hojas de papel, bolígrafos, carpetas, marcadores, y todo lo que hace falta para la tarea de sus hijos.
Pertenezco a un país donde la gente se siente triunfadora si consigue robarse la señal de Cablevisión del vecino o si se piratea el Sky.
Un país en donde la gente inventa, a la hora de llenar sus declaraciones de Hacienda, para no pagar, o pagar menos impuestos.
Pertenezco a un país en donde la impuntualidad es un hábito. En donde los directivos de las empresas no generan ningún capital humano.
En donde no hay interés por la Ecología, en donde las personas tiran la basura en las calles, para después reclamarle a los gobernantes por no dar mantenimiento al drenaje.
Un país donde no existe la cultura por la lectura y no hay conciencia ni memoria política, histórica ni económica.
Donde nuestros diputados y senadores trabajan pocos días al año y cobran todos los demás, como si fuesen altos ejecutivos, para aprobar una Reforma Fiscal al vapor, que lo único que hace es hundir al que no tiene, fregar al que tiene poco y beneficiar a unos cuantos.
Pertenezco a un país en donde los títulos académicos, las licencias de conducir y los certificados médicos se pueden comprar sin hacer ningún estudio ni examen.
Un país en donde se puede subir al autobús una persona de edad avanzada, alguna mujer con un niño en brazos o algún minusválido y el individuo que viene sentado en el asiento especialmente asignado para estas personas, se “hace el dormido” para no cederlo, pero que, si alguien le reclama, se levantará para darle un golpe o decirle una sarta de improperios.
Un país en el cual el derecho de paso es para el automóvil y no para el peatón.
Un país en donde su gente está llena de faltas, pero que disfruta criticando a sus gobernantes. Mientras más le digo ladrón a Carlos Salinas, mejor soy yo como persona, a pesar de que apenas ayer compré discos y ropa piratas y me consiguieron todas las respuestas del examen de matemáticas de mañana. Mientras más le digo falso a Fox, mejor soy yo como mexicano o mexicana, a pesar de que apenas esta mañana me fregué a mi cliente a través de un fraude que me ayudó a pagar algunas deudas.
¡¡ Ya basta!!
Como “materia prima” de un país, tenemos muchas cosas buenas, pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita.
Esos defectos, esa sagacidad congénita, esa deshonestidad a pequeña escala que después crece y evoluciona hasta convertirse en caos de escándalo, esa falta de calidad humana, más que Salinas o que Fox o que Calderón, es lo que nos tiene real y francamente mal.
Lo siento, porque aunque Fox hubiera renunciado, Calderón o quien le sucediera tendría que seguir trabajando con la misma “materia prima” defectuosa que, como pueblo, hemos sido nosotros mismos. Y no podrá hacer nada, no tengo ninguna garantía de que alguien lo pueda hacer mejor, porque en lugar de tomar nuestro destino en nuestras manos, conchudamente estamos siempre esperando que alguien nos señale un camino destinado a erradicar “de cuajo” los vicios que tenemos como pueblo; por eso nadie servirá. Ni sirvió Salinas, ni Zedillo, ni Fox, ni servirá Felipe Calderón.
¿O qué?...¿Necesitamos traer a un férreo dictador para que nos haga cumplir la ley con la fuerza y por medio del terror?
Aquí hace falta otra cosa. Algo más inteligente que “cacerolazos”, paros, bloqueos o “machetes”. Y mientras esa otra cosa no empiece a surgir desde abajo hacia arriba o desde arriba hacia abajo, o del centro para los lados... o como se quiera; seguiremos igualmente condenados, igualmente estancados... ¡Igualmente jodidos!
Es muy sabroso ser mexicano y vivir “a la mexicana”, pero cuando esa mexicanidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como NACIÓN, ahí la cosa cambia...
No esperemos encenderle una velita a todos los santos para ver si nos manda un Mesías. NOSOTROS somos los que tenemos que cambiar, ya que un nuevo Presidente, con los mismos mexicanos, no podrá hacer nada.
Está muy claro: ¿Qué no?. Somos nosotros los que tendremos que cambiar. Yo creo que esto coincide muy bien con todo lo que nos pasa: Siempre “le vamos” al débil o al desvalido por lástima, porque nos sentimos igual de pequeños: Fiesta Nacional por un 2º lugar (medalla de plata) Héroes nacionales son quienes ganan algo, lo que sea, porque nos urge vernos reflejados en alguien ganador, puesto que nosotros no nos creemos ganadores. Tenemos que reflejarnos en los triunfos de otros, porque los nuestros son muy escasos.
También las derrotas las hacemos nuestras: Admiramos la mediocridad mediante programas de televisión nefastos y francamente tolerantes con el fracaso (Tele churros, Big-Vagos, “Bailando por cualquier sueño o por cualquier tarugada”) Es la industria de la disculpa y la estupidez.
No nos damos cuenta que en lugar de buscar nuevos mercados y apoyar al interno, estamos esperando inmóviles a que China nos arrase y que en menos de 25 años, no haya empleos para nuestros hijos; pero somos un pueblo de malas copias, que no creamos nada original ni de valor agregado. Vendemos petróleo crudo e importamos gasolina cara... ¡Qué inteligentes somos!, Pero... ¡¡Viva la soberanía!!. Somos pobres, pero eso sí... muy soberanos.
Ahora, después de este mensaje, francamente he decidido buscar al responsable, no para castigarlo, sino para exigirle, sí, exigirle que mejore su comportamiento y que no se haga “como que la Virgen le habla”.
Sí, he decidido buscar al responsable. Estoy seguro que lo encontraré cuando me vea en el espejo... ¡Ahí estará! No necesito buscarlo en otro lado.
