11/Jul/11 09:44
Enrique Quintana
11 julio 2011.-
El incremento de este combustible, que es el más usado, es muy alto si consideramos que la inflación promedio fue de 5 por ciento en el mismo lapso.
Pero si comparamos esta cifra con lo que aconteció en el mundo, y específicamente en EU, la perspectiva es diferente.
Nuestros vecinos, en ese mismo lapso, han visto cómo se incrementa el precio promedio de la gasolina que les ponen a sus autos en 52 por ciento en dólares. En pesos, el incremento fue de 6 por ciento, debido al abaratamiento del dólar que tuvimos en ese lapso, pues al cierre de 2009 la moneda norteamericana costaba más de 13 pesos.
El aumento de los energéticos en Estados Unidos es tan importante que algunos lo ven como la principal amenaza a la continuidad de la recuperación norteamericana.
La razón es sencilla. Las familias norteamericanas son altamente consumidoras de energía; de hecho, son las que tienen el consumo per cápita más elevado del mundo. Altos precios de la energía significan un mayor gasto y, por lo tanto, les resta dinero para todas las otras asignaciones, lo que deprime el consumo.
Además, como el desempleo persiste, no hay más ingresos por hogar. El aumento de una décima en la tasa de desempleo en junio, para llegar a 9.2 por ciento, es un indicativo muy claro de que la recuperación empieza a perder aliento.
En México, los problemas con el precio de los combustibles son de una naturaleza diferente.
Importamos más o menos la mitad de la gasolina que consumimos. El precio promedio equivalente en pesos de una gasolina similar a la Magna, en distribución al menudeo, es de 10.98 pesos.
Esto quiere decir que hay un subsidio de 1.66 pesos por litro en la mitad de la gasolina que consumimos e indirecto (como costo de oportunidad) en la otra mitad.
En un tanque de 50 litros, el Gobierno 'les ayuda' directamente a los compradores con 41.50 pesos a la hora de pagar.
Ese es un uso irracional de los recursos públicos.
Sin embargo, el Gobierno no ha querido hacer un cambio de fondo para dejar flotando el precio de la gasolina ligada a su cotización internacional porque teme que se genere un gran descontento social... y porque teme que la inflación se le salga de control.
Y quiero ver qué partido político toma como una de sus banderas el dejar el precio de las gasolinas al libre juego de las fuerzas del mercado mundial.
Sin embargo, si los precios del petróleo -y, por tanto, los de las gasolinas- se mantienen elevados durante los siguientes meses, va a ser de elemental sobrevivencia cambiar la política de fijación de los precios.
La esquizofrenia que a veces tenemos en nuestra política económica se hace presente en este caso, pues literalmente se quema el dinero público apoyando a la clase media y de altos ingresos, pero el discurso público nunca admitiría que ese es un objetivo legítimo de política pública. El discurso dice que los que más importan son los pobres... aunque esta no sea la realidad.
Pero también surge la interrogante de si el Gobierno aceptaría bajar los precios de la gasolina cuando también caen en el mercado internacional.
L
a suspicacia nos hace pensar que el Gobierno prefiere el subsidio irracional al riesgo de perder ingresos si dejara flotar la gasolina, como hacen muchos países del mundo desarrollado.
Aquí parte de la explicación de los gasolinazos!!!!
'Quienes se creen extremadamente inteligentes son tontos con complejos reprimidos'. Claudia Cardinale